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jueves, 31 de octubre de 2019

FLIYING HEAD : ASOCIADOS A LOS TORBELLINOS

CABEZA VOLADORA  KUNENHRAYENHNENH

De acuerdo a la mitología iroquesa y wyandot, las cabezas voladoras son espíritus voraces, que están malditas con un hambre insaciable. A veces las cabezas voladoras también están asociadas con torbellinos.  Aparece como una cabeza enorme e incorpórea con ojos ardientes y cabello largo y enredado. Vuelan
Flying HeadFlying Head 
por el aire, persiguiendo a los humanos para devorarlos. Su apariencia física varía dependiendo del narrador, sin embargo, generalmente se la describe como una cabeza humana con cabello largo y oscuro, ojos terribles y una boca grande llena de colmillos afilados. En algunas versiones, tiene un par de alas de murciélago que sobresalen de cada lado de su mejilla, y garras en forma de pájaro. En todos
Flying Heads
los casos, se los describe como de mayor tamaño que el del humano y poseen una piel que ningún arma puede penetrar. Flying Heads son monstruos no muertos de las leyendas de las tribus iroquesas. Los orígenes de Flying Heads varían mucho de una historia a otra. En algunas leyendas se crea a partir de una escena de asesinato violento: la cabeza cortada de una víctima crece a un tamaño enorme. En otras Kunenhrayenhnenh
un humano se transforma en una Cabeza Voladora después de cometer un acto de canibalismo. En muchas leyendas, su origen  no se menciona en absoluto: son monstruos primordiales cuya naturaleza es comer humanos, pero ocasionalmente tienen otras motivaciones propias.  Las cabezas voladoras están asociadas con torbellinos en muchas comunidades iroquesas. Al acecho en el bosque,  
Flying HeadFlying Head
el monstruo estaba cubierto de espeso cabello negro y su boca estaba llena de colmillos. Se comía todo lo que estaba vivo, incluidos los humanos. Lo interesante de este monstruo es que parece haberse desvanecido en el aire. La cabeza voladora fue vista por muchos, pero luego desapareció y nadie sabe lo que le sucedió. Una opción es que algunos piensan que fueron al mar. Tal vez ahora está cazando criaturas que viven bajo el agua. Kunenhrayenhnenh

miércoles, 30 de enero de 2019

SUGAAR : TIENE EL PODER DE CREAR O DESTRUIR

 

SUGAAR   SUGAAR   SUGAAR   SUGAAR     ("Suge" / serpiente  y   "ar"/macho)     ("Su" / fuego y "gar"/ llama )

Es una divinidad de la mitología vasca precristiana.  Conocido según las zonas, como Suarra, Sugahar, Sugoi, Maju o Maiu.  Es una enorme y terrible serpiente macho que habita en las profundidades de la tierra y sale a la superficie por simas o cuevas. Es la pareja de Marila diosa suprema de la mitología vasca. La representación gráfica de Sugaar es en  forma de LAUBURU (cuatro cabezas). Las cabezas de la vertical representan  
Sugaar y MariSugaar
los elementos del fuego y agua. Por su parte, las cabezas horizontales simbolizan los elementos aire y Tierra. Ambos formaban una pareja divina y ctónica y poseían el poder supremo de crear y destruir. Para nuestros ancestros, la unión sexual entre el Padre Cielo y la Madre Tierra se producía durante las tormentas, ya que de dicho encuentro surgía la lluvia seminal que fecundaba las cosechas. En 
Sugaar y MariSugaar
este apareamiento, el rayo simbolizaba el poder fertilizador del principio masculino celeste que penetraba por las simas y cavidades uterinas. Este fenómeno atmosférico fue interpretado como una serpiente-rayo (relacionado con los elementos masculinos fuego y aire). Nuestras antiguas creencias eran de carácter Ctónico, teniendo   Sugaar   todas sus criaturas su morada en la Tierra y no en el firmamento, que aparece como un pasaje vacío por el que Mari o Maju viajaban de montaña en montaña o pastoreaban rebaños de nubes. Aún  se dice que se puede ver a Sugaar surcando el firmamento en forma de hoz o media luna de fuego, y que esto es también presagio de tormentas y tempestades.  Sugaar el dragón aparece vinculado al interior de         Mari y SugaarMari y Sugaar      una cueva, que representa para los pueblos primitivos como el pueblo vasco el útero de la Diosa-Madre dónde se unen los dos principios que originan la vida. Sugaar, en última instancia debe ser entendido como una emanación de la propia Diosa (símbolo del Todo) que
MariDios Sugaar 
le permite a ésta autofecundarse 
(Diosa partenogénica).  Cuentan las leyendas que al juntarse la pareja de amantes (Mari y Sugaar) siempre estallaba una furiosa tormenta.  En euskera la palabra relación se dice harreman, compuesta en su etimología por
Dios SugaarDiosa Mari
eme (femenino), pero que también lo podemos interpretar desde la manifestación dinámica de estas dos energías, así tenemos: Har (tu) del verbo “coger, tomar” y eman, del verbo “dar, ofrecer”. Nos encontramos pues, una hermosa síntesis lingüística y filosófica de las dos polaridades energéticas de la naturaleza, cuya complementariedad (harreman) conforman la unidad primordial de todos los seres y procesos naturales.
Sugaar