miércoles, 30 de enero de 2019

SUGAAR : TIENE EL PODER DE CREAR O DESTRUIR

 

SUGAAR   SUGAAR   SUGAAR   SUGAAR     ("Suge" / serpiente  y   "ar"/macho)     ("Su" / fuego y "gar"/ llama )

Es una divinidad de la mitología vasca precristiana.  Conocido según las zonas, como Suarra, Sugahar, Sugoi, Maju o Maiu.  Es una enorme y terrible serpiente macho que habita en las profundidades de la tierra y sale a la superficie por simas o cuevas. Es la pareja de Marila diosa suprema de la mitología vasca. La representación gráfica de Sugaar es en  forma de LAUBURU (cuatro cabezas). Las cabezas de la vertical representan  
Sugaar y MariSugaar
los elementos del fuego y agua. Por su parte, las cabezas horizontales simbolizan los elementos aire y Tierra. Ambos formaban una pareja divina y ctónica y poseían el poder supremo de crear y destruir. Para nuestros ancestros, la unión sexual entre el Padre Cielo y la Madre Tierra se producía durante las tormentas, ya que de dicho encuentro surgía la lluvia seminal que fecundaba las cosechas. En 
Sugaar y MariSugaar
este apareamiento, el rayo simbolizaba el poder fertilizador del principio masculino celeste que penetraba por las simas y cavidades uterinas. Este fenómeno atmosférico fue interpretado como una serpiente-rayo (relacionado con los elementos masculinos fuego y aire). Nuestras antiguas creencias eran de carácter Ctónico, teniendo   Sugaar   todas sus criaturas su morada en la Tierra y no en el firmamento, que aparece como un pasaje vacío por el que Mari o Maju viajaban de montaña en montaña o pastoreaban rebaños de nubes. Aún  se dice que se puede ver a Sugaar surcando el firmamento en forma de hoz o media luna de fuego, y que esto es también presagio de tormentas y tempestades.  Sugaar el dragón aparece vinculado al interior de         Mari y SugaarMari y Sugaar      una cueva, que representa para los pueblos primitivos como el pueblo vasco el útero de la Diosa-Madre dónde se unen los dos principios que originan la vida. Sugaar, en última instancia debe ser entendido como una emanación de la propia Diosa (símbolo del Todo) que
MariDios Sugaar 
le permite a ésta autofecundarse 
(Diosa partenogénica).  Cuentan las leyendas que al juntarse la pareja de amantes (Mari y Sugaar) siempre estallaba una furiosa tormenta.  En euskera la palabra relación se dice harreman, compuesta en su etimología por
Dios SugaarDiosa Mari
eme (femenino), pero que también lo podemos interpretar desde la manifestación dinámica de estas dos energías, así tenemos: Har (tu) del verbo “coger, tomar” y eman, del verbo “dar, ofrecer”. Nos encontramos pues, una hermosa síntesis lingüística y filosófica de las dos polaridades energéticas de la naturaleza, cuya complementariedad (harreman) conforman la unidad primordial de todos los seres y procesos naturales.
Sugaar

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